§ Daño Reptil


Extracto de la narración de Jacobo Grinberg tomada de su libro “Pachita: Las manifestaciones del ser” donde describe una extracción de daño de aspecto reptil, que realizó con sus propias manos, bajo la guía de “El Hermano”.


“Lo acostamos boca arriba y como broma le di las mismas instrucciones que a otros enfermos; relaja tu cuerpo, respira profundamente y reza...

Cuauhtemoctzin pidió una cadena de protección y Candelaria, el cuerpo de Pachita y yo, nos introdujimos en su centro.

El Hermano pidió a Dios por fuerzas y después abrió el vientre con las tijeras. Enseguida hizo una incisión de 15 centímetros con el cuchillo. Armando no se quejaba y controlaba su dolor a través de respiraciones profundas. El Hermano empezó a hurgar en el interior del cuerpo y a medida que profundizaba en el vientre lanzaba exclamaciones de asombro.

En cierto momento dijo que allí adentro había exactamente lo que Armando más aborrecía.

Me pidió mi mano y me hizo tocar algo alargado y de una consistencia repulsiva.

— ¡Sácalo Jacobo!

Yo empecé a tirar de aquello, mientras Cuauhtémoc chiflaba.

Era el mismo chiflido que yo había oído en una ocasión cuando el Hermano se enfrentó con una entidad oscura proveniente de Brasil.

Yo había interpretado el chiflido como un medio para alejar la oscuridad, pero después de su operación, Armando me explicó que así llamaba Cuauhtemoctzin a su ejército, en casos de gran peligro.

Y aquello no era para menos, a medida que yo sacaba la “cosa” alargada me daba cuenta y después confirmé que era una víbora.

¡Hipnotiza a esa víbora! —me ordenó Cuauhtémoc.

Algo se apoderó de mí, sentí una fuerza sobrehumana y le empecé a hablar al animal.

— ¡Viborita, vas a salir viborita!

Tiré y tiré y aquello no terminaba de salir. Por fin saqué el extremo de la cabeza de la víbora y sé la entregué a Candelaria quien la recibió en un papel negro.


Miré de reojo al animal y noté sus movimientos, era repugnante e increíble haber sacado una víbora viva del vientre de un ser humano, pero así era."





El verdadero prototipo es 
una transformación colosal de la raza humana